lunes, 23 de enero de 2017



VALENCIA CON INICIATIVES

VISITA AL MUSEO DEL SILENCIO

Organiza: Iniciatives Culturals

Lugar: Cementerio General de Valencia

Nos Guía: Rafael Solaz

Fotografías de: Jesús Prieto "Chuchi"

Textos de: Rafael Solaz

El Museo del silencio, es un proyecto multiplataforma que propone diferentes recorridos culturales por el Cementerio General de Valencia.


Vamos realizar una de los cuatro itinerarios para recorrer el Cementerio, y poder conocer su riqueza patrimonial, histórica y cultural.


El origen de los monumentos arquitectónicos y escultóricos en los cementerios contemporáneos parte de la vanidad de una sociedad aristocrática y burguesa que pretende demostrar su poderío económico y social, haciendo que estas construcciones sobrevivan a la propia vida y, a la vez, se conviertan en espacios para la memoria de los fallecidos.
"Ni los más ostentosos panteones
-ricamente decorados con intrincados relieves,
junto a las sencillas lápidas de inscripciones anónimas
borradas por la erosión del olvido.
trazan un desacuerdo ante el fin de la vida.
Esta diferenciación está concebida por los que quedan…
El oro se convierte en ceniza, los nombres desconocidos se remarcan
y la guadaña, convertida en símbolo,
recuerda la esencial igualdad."
Rafael Solaz

En un principio estuvo diseñado para ser un gran jardín de corte romántico, pero ante la proliferación de tumbas y panteones (especialmente a partir de mediados del siglo XIX) se tuvo que variar el proyecto inicial. Esta masificación fue determinante y cambió el aspecto general del cementerio.


Al acceder al interior del cementerio nos encontramos con el pasillo central que conduce a la capilla. Este andén en un principio era más ancho pero con el tiempo se decidió destinarlo para ciertas tumbas significativas, familias o personajes de relevancia que, paulatinamente, fueron enterrados junto a frondosos sauces. Así, a un lado y a otro, podemos ver las tumbas de Félix Pizcueta, el Panteón de la Policía Local, el pintor Genaro Lahuerta o el del Marqués de Cruïlles, entre otros.


La sección 1ª recoge el cementerio primitivo. Está dividida por el pasillo central y ambos lados se pueden ver los primeros panteones construidos a partir de la mitad del siglo XIX. Originalmente presentaba el aspecto de un gran jardín decimonónico.

En las primeras secciones, las más antiguas, es donde se concentra la mayor parte de las obras de interés.

Coinciden con el área del primitivo camposanto tantas veces ampliado. La participación de los escultores valencianos fue total. Mariano Benlliure, Ricardo Boix, Luis Bolinches, Capuz, Castelló Mollar, Gabino, Francisco Paredes, Vicente Navarro, Silvestre de Edeta, Ramón de Soto, entre otros. 

Museo del Silencio, donde el oro se convierte en ceniza, los nombres desconocidos se remarcan y la guadaña, convertida en símbolo, recuerda la esencial igualdad.

También los arquitectos fueron protagonistas, comenzando con los creadores del cementerio: Cristóbal Sales y Manuel Blasco, seguidos de otros como Francisco Almenar, Joaquín Mª Arnau, Joaquín Belda, Manuel Peris, Gerardo Roig, Vicente Sancho, Enrique Samper… con especial atención a José Manuel Cortina y Antonio Martorell, autores de espléndidos panteones.

El panteón con forma piramidal perteneciente a la familia Llovera es único en el Cementerio General de Valencia, se construyó en 1883 según el proyecto del arquitecto Antonio Martorell. Existen dos versiones del porqué esa forma. Una, representa una construcción mortuoria. La otra, fue debido a todos los descubrimientos que se estaban realizando en Egipto, de ahí que este tipo de representaciones se pusieran de moda: la egiptomanía procedente de finales del siglo XVIII. Es el único panteón con formas neo egipcias del cementerio.

En el cementerio se halla representada parte de la historia de la ciudad. 

En esta tumba de una familia masónica, hay una importante simbología mortuoria. Podemos ver el triángulo con el ojo de Dios como centro del universo “el que todo lo ve” y también otro tipo de alegorías en relación con el aspecto funerario. No es la única tumba masónica del cementerio pero sí la más representativa de esta sociedad de carácter secreto que, en algún tiempo, sufrió persecución. Por eso es un milagro que tumbas de este tipo hayan llegado intactas hasta nuestros días.

Una de las secciones más interesantes, llamada de las “Columnas” es la sección Tercera Izquierda.

La simbología adquiere un elemento protagonista importante. Las coronas de las flores “siemprevivas”, aquellas que aunque secas mantienen su lozanía (el recuerdo perdura), las lámparas votivas con su llama encendida hacia el cielo (el alma), las aves nocturnas como el búho o el murciélago, representando la noche (la muerte), la flor de la adormidera (el ser que duerme), las letras alfa y omega (principio y fin de la vida), se unen a elementos masónicos u otros de difícil interpretación simbólica.

Aquí se pueden ver tumbas de personajes famosos y familias importantes. El torero Granero, el fotógrafo Antonio García, el pintor Tuset, Maximiliano Thous, las familias Domenech, OrtízBau, entre otros.


Unos inhumados en ricos panteones, otros, por el contrario, descansan en humildes moradas, caso del nicho de Vicente Blasco Ibáñez o el féretro de Joaquín Sorolla.

Hacia 1880 se aprueban las condiciones para construir nuevos nichos y pórticos. es ahora cuando se decide la construcción de un nuevo rectángulo adosado al primero, denominado de los “Pórticos”

 o “Patio de las Columnas” por estar formado por 170 robustas columnas dóricas, puede considerarse la última obra de la etapa neoclásica en la ciudad.

El Cementerio General de Valencia, surge tras la prohibición de situar en el casco urbano los cementerios de cada parroquia.

El proyecto fue del arquitecto municipal C. de Sales, comenzando las obras en 1805 y siendo inaugurado en 1807.

Inicialmente era un rectángulo de unos 3.200 metros cuadrados, murado, con capilla central en el testero y acceso, también centrado en su frente. a partir de 1808 se inicia la construcción de los nichos.

En la Sección 3ª izquierda, se erige una gran cruz conocida también como “monumento a los muertos del cólera”, en memoria de todas aquellas personas que fallecieron a causa de este mal.

El primer panteón es de 1851 para Virginia Dotrés y rápidamente se generaliza su uso entre las familias poderosas, de modo que hoy es uno de los cementerios que más panteones posee.

Justo al lado de la Cruz del Cólera se encuentra una tumba-panteón dedicada a Granero, uno de los toreros más populares de Valencia, que murió de una cogida en una corrida celebrada en Madrid.
La escultura representa a un ángel sosteniendo el cuerpo desnudo del diestro, obra del escultor Arnal. Granero alcanzó la fama siendo muy joven y fue un ídolo en tierras valencianas, tanto que su panteón fue costeado de manera popular, colaborando activamente las instituciones taurinas de la ciudad.

El torero Manuel Granero provenía de una familia acomodada, estudió música y llegó a tocar el violín. Pero pronto la afición al toreo hizo mella en él. Tomo la alternativa en 1920, en la plaza de la Maestranza de Sevilla. Pese a su juventud fue todo un ídolo, especialmente en tierras valencianas.
En 1922 tuvo una cogida mortal en Madrid toreando al toro “Pocapena”. Uno de sus cuernos le atravesó un ojo y falleció casi en el acto. Las Sociedades Taurinas de Valencia costearon su panteón, obra del escultor Arnal.
Hay quien después de su muerte dijo: “Poca pena (en relación al nombre del astado) tendría el dicho toro. Inmensa pena es la que nos ha dejado a todos“


Panteón de la Familia Suay

En Valencia hubo hasta siete epidemias sufridas por el cólera en el siglo XIX, con especial mención a la sufrida en 1885 en la que murieron más de 5000 personas. Cabe decir que, antaño, cuando existían grandes epidemias, guerras o muertes masivas de población, las personas eran enterradas en fosas comunes.

Panteón de la Familia Navarro

Panteón de la familia Puig Luna 
Este panteón destaca por la presencia de la gran cruz tallada por el escultor Rafael Rubio Rosell en 1921 y por los frisos esculpidos en los laterales de los sepulcros y en la base de la cruz obra del escultor Luis Bolinches Compañ también en 1921. 


Una niña de mármol no oculta su tristeza y mira a un ramo de flores perpetuo. Es obra del escultor Carbonell.
Panteón de la Familia Albiol

En el primer año del Cementerio General de Valencia no existían los nichos. Se construyen con el fin de aprovechar el terreno y ahí están inhumados las familias que ya tenían unos derechos adquiridos en los cementerios parroquiales. Así, no es extraño ver inhumados los restos de algún que otro miembro de la alta sociedad valenciana y también a uno de los últimos inquisidores, Rodríguez Laso. Normalmente estos nichos están comprendidos con fechas del primer tercio del siglo XIX. Al construirlos sobre el muro dejaron tapados los primitivos azulejos que se hallaban adosados indicando la presencia y distancia de las tumbas, en un momento en que no existían las lápidas que recordaran a los difuntos.

El antiguo cementerio civil fue inaugurado en agosto de 1892 por la aprobación de ley de libre pensamiento. 

Era independiente del Cementerio General de Valencia. Allí se inhumaron todo tipo de librepensadores, laicos y extranjeros.

Después de la guerra civil este cementerio formó parte de una sección más del “General”, comunicándolo con otras secciones y abriéndose tres puertas más de acceso.

También se encuentran tumbas hebreas.

Aquí se hallan enterrados personajes ilustres como Blasco Ibáñez

y varios miembros de su familia,

En el antiguo Cementerio Civil se encuentra el nicho con los restos del gran novelista de fama universal Vicente Blasco Ibáñez. Destaca su sencillez y una leyenda grabada en la losa: “Quiero descansar en el más modesto de los cementerios valencianos…”. Sus restos fueron trasladados por barco de Mentón (Francia) a Valencia, y cuando lacomitiva se dirigía hacia el cementerio se organizó un gran revuelo, las calles se llenaron de gente.

Alfredo Calderón (19850 – Valencia 1907. Pedagogo) Fue un gran pedagogo que creó la Institución Libre de Enseñanza. Relacionado con el mundo de la enseñanza formó parte del círculo de Giner de los Ríos.
El panteón es una magnífica obra escultórica, obra de Paredes, que representa una figura desnuda grabando el año de la muerte de Calderón: 1907. Este panteón fue costeado por suscripción popular.
Amparo Melià Monroig nació en Valencia en 1860. Fue la mujer de Pablo Iglesias, fundador de la formación política Partido Socialista Obrero Español “PSOE”. Formaron pareja con domicilio en Madrid. Ella participó en varios actos políticos, siempre en colaboración con su marido. Se afilió a la Agrupación Socialista de Valencia y Madrid. Dicen que sus consejos fueron determinantes en el proceder de su pareja -posteriormente marido- ya que se unieron en matrimonio en 1921. Anteriormente había estado casada, pero por el tiempo enviudó y fue entonces cuando se casó de nuevo con Pablo Iglesias.
Se trasladó a Valencia al comienzo de la guerra civil, y casi ciega falleció en 1945, siendo enterrada en el entonces llamado Cementerio Civil.
Lapida en el Cementerio Civil 

Félix Azzati fue un periodista y político español, nacido en Cádiz en 1874, y fallecido en Valencia el 20 de junio de 1929. Su padre, el italiano Giovanni Azzati (en Valencia siempre se le conoció por Juan Azzati), era un garibaldino exiliado, que había sido director de orquesta y se ganaba la vida como paragüero y lañador de cacharros. La familia se estableció en Valencia.

Regresamos al paseo central de la Sección Primera para ver dos panteones muy peculiares.

 Adosados a uno y otro lado de la capilla descansan el Marqués de Campo y el Marqués de Caro.

Virgen de los Desamparados en la Capilla del Cementerio General de Valencia.
A iniciativa de la Excma. Sra. Alcaldesa Dª Rita Barberá Nolla, siendo Concejala de Cementerios, Dª Lourdes Bernal, esta imagen fue donada por Dª Concepción Caballero Peregrín. La peana de mármol fabricada exprofeso fue realizada, y también donada, por el marmolista D. Rafael Flores. Asimismo intervinieron en la localización, gestión y asesoramiento, los capellanes del Cementerio D. Bernardo Cuenca Pardo y D. Benjamín Zorrilla Ronda, así como el bibliófilo D. Rafael Solaz Albert. El 13 de junio del 2010 tuvo lugar su entronización en un brillante acto que contó con la presencia del Arzobispo de Valencia D. Carlos Osoro y con gran cantidad de fieles.

El marqués de Campo fue un gran benefactor y potenciador de la cultura y la economía valenciana. A él se deben, entre otros, la instalación del gas en Valencia, la mejora en la conducción de las aguas potables y la construcción del Asilo de Campo, destinado para niños pobres y desatendidos.

Por otra parte José Caro tuvo mucho que ver con la guerra del Francés o de la Independencia. La familia Caro se constituyó en una saga de prestigio y cierto poder económico, teniendo su representante en el marqués de Caro que tanto tuvo que ver con la construcción y ampliación de la ciudad en su zona oeste. Ambos personajes son dos de los “ilustres” de Valencia.

Interior de la Capilla del Cementerio General de valencia

El Cementerio General de Valencia está repleto de hombres que dejaron una huella profunda.
Personajes ilustres, con sus obras y sus vidas, sirvieron para construir una sociedad humanista repleta de esfuerzo y gloria. Esta limitada relación representa el recuerdo a los que, de una manera u otra, contribuyeron a engrandecer Valencia. Y sirve como homenaje a aquellos que no debemos nunca olvidar.
Los restos del universal pintor valenciano Joaquin Sorolla descansan de forma modesta (como Blasco Ibañez) en este sencillo féretro de piedra de granito. Sólo su apellido rodeado de hojas de laurel, destaca su inmortalidad. Y es que Sorolla fue el artista valenciano más universal.
Joaquin Sorolla creó un estilo aún hoy seguido por otros artistas, con una característica luz mediterránea incorporada como elemento protagonista del cuadro, ello realizado con pinceladas de trazo largo. Durante su vida artística cosechó los máximos galardones y tuvo un reconocimiento universal. Su estilo fue copiado por muchos artistas hasta la actualidad.
Mausoleo de la Familia Giner

El panteón de los Milicianos Veteranos de la Libertad, de 1872, es otro de los puntos del recorrido y que en su día constituyó un monumento al soldado desconocido pero en realidad si tiene a quienes lo dedican: a quienes murieron en Cádiz, en Valencia, en Chiva y Cheste y en Valencia en 1820, 1823, 1836, 1838 y 1873.

Sin duda el Panteón de la Familia Moroder es uno de los más bellos del Cementerio General de Valencia. Corresponde a la familia Moroder quienes le encargaron al escultor Mariano Benlliure tan bello conjunto. El ángel que invita a pasar a la cripta es de una gran belleza. Destaca el simbolismo mortuorio y las dos figuras de la parte superior, que representan el desconsuelo.
La familia Moroder tuvo grandes proyectos empresariales y fue referencia en el siglo XIX. A ellos se debe, entre otras, la comercialización de las cerillas marca “El Globo”, que sustituyeron a las pajuelas (pallús) que eran vendidas por los “palleters”.
Panteón de la Familia Olmos Burgos

Panteón de la familia Risueño Ortiz, de 1909, arquitecto Vicente Sancho, escultor José Carreras. El ángel apocalíptico toca la trompeta y varios difuntos se aprestan a salir de la tumba para ser juzgados. Es uno de los panteones más tétricos de todos el cementerio.

El sistema de enterramiento al principio se hacia en fosas comunes, pero bien pronto se empezaron a construir nichos, considerándose este sistema como el más idóneo para economizar espacio e individualizar al difunto para que pudiera ser recordado por sus familiares.

Panteón de la familia Pau Construido todo él en mármol. Sobre un basamento se alza un feretro mientras un ángel permanece pensativo y apoyado en él, en su mano sujeta una corona de flores.

En 1850 se construye el primer panteón, el de los Marqueses de San Juan y, a partir de entonces, las familias burguesas imitan este tipo de construcciones que representaba el poder económico y su status. Es entonces cuando aparecen verdaderas obras de arte realizadas por arquitectos y escultores. Entre silencios de flores, suenan ecos esculpidos, símbolos de vida y así quedan para siempre el recuerdo de piedra, sudor y bronce.

Aquí está enterrado también Manuel Blasco Vergara, uno de los arquitectos, junto con Cristobal Sales, arquitecto y académico valenciano, que proyectaron el Cementerio General de Valencia. Inicialmente, se trataba de un recinto rectangular de unos 3.200 metros destinado a fosa común, murado, con un único acceso centrado en su muro Este del que partía un paseo central que dividía el espacio en dos cuadros y que finalizaba en una capilla, situada en el fondo, adosada a su muro Oeste.

Vale la pena visitar el Cementerio General con otra mirada, la que la sensibilidad de cada uno permita ver una gran exposición al aire libre de arquitectura, escultura, historia y biografías. Museo del Silencio, donde el oro se convierte en ceniza, los nombres desconocidos se remarcan y la guadaña, convertida en símbolo, recuerda la esencial igualdad.

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